22.04.2018
2014 fue la última vez que nadé por este blog, que buceé entre letras para intentar plasmar mis sentimientos de una manera especial.
En este tiempo he seguido escribiendo, y mucho... pero a mano. Cartas. Mensajes. Postales. Llamadas de auxilio.
4 años han pasado. 4 años. Y hoy; mi cumpleaños.
32 primaveras. Y sigo aquí. Atascada. Y eres tú quién sigue apareciendo en mis sueños. Así que en el día de mi cumpleaños, y a pesar de todo; esto va por tí.
Tú que me conoces bien deberías saber cuánto me afecta lo que la gente que me importa piensa de mí, y lo que tú piensas, más todavía.
Tú que me conoces y te metes conmigo por la cantidad de vueltas que le doy a las cosas deberías saber las horas que he perdido pensando en ti, las innumerables noches que no me duermo imaginando las miles de situaciones que me podrían pasar contigo y como actuaría. Deberías saber cuantos viajes en autobús, tren, coche o avión he pasado pensando en nosotros, y es que siempre me ha encantado soñar despierta y tú has sido mi sueño preferido.
Déjame que te cuente lo que dura un día sin ti. No son 24 horas. Ni 1.440 minutos. Es mucho más que una medida de tiempo y espacio. Es toda una galaxia. Y todas las galaxias juntas. Es interdimensional.
Son las cinco veces que cojo el móvil, instintivamente, para asegurarme de que no me has escrito o llamado.
Son las nueve veces que tu nombre ronda por mi cabeza. Aparece de forma automática, está ahí un rato, asomándose, si le parece correcto saluda y luego se va, igual de traidor que como llegó.
Es cuando de repente suena esa canción. Nuestra canción.
Son el puñado de veces que me invento escenarios y resultados paralelos. Ya sabes, soy mucho de analizar la situación, los actos y sus consecuencias. De imaginar universos paralelos. De elegir aquel en el que estás tú.
Son las cuatro veces que me escribe alguna amiga preguntándome que qué tal el día. Yo siempre digo que bien, porque parece que es lo que hay que decir. Que no puedes estar regular ni mucho menos mal, después de tantos meses. Tantos, que suman años.
Es el momento que me voy a dormir, contenta por haber aguantado el tipo un día más pero decepcionada al no ver tu nombre en la pantalla. Porque el pacto está para respetarlo pero me gusta cuando te rebelas y te olvidas de él.
Déjame que te comente lo que dura un día sin ti.
Son siete minutos de café y una tostada por la mañana, la mejor comida del día.
Son 42 segundos de salir corriendo de casa porque para variar llego tarde.
Es un no parar en toda la mañana y un “no puedo más con mi alma” por la tarde. Horas, minutos, segundos.
Son 2 horas de deporte, que oye, ya me cuido.
Son 95 min de carretera de vuelta a casa. Algún que otro adelantamiento. Y la canción de "sin embargo" de Joaquín Sabina sonando.
Es un momento de acordarme que hace semanas que no sé de ti.
Es el rato que me meto en la cama, voy a poner la alarma y esta vez sí que veo tu nombre en la pantalla. Lo bueno de las malas costumbres es que nunca se pierden. Y cuanto peor sea la costumbre, menos ganas tienes de deshacerte de ella.
Y con todo; te sigo queriendo como el primer día. Habiendo conocido tu parte oscura, tus momentos malos, y aceptando y perdonando tus errores. Porque en la balanza todo lo bueno pesa mucho más. En la balanza se hace justicia (o eso creo) y sigue ganando por goleada todo lo bueno que me has dado.
Te quiero. De verdad. Y sé que siempre te voy a querer.
Sin embargo quiero que esta situación de "pause" se termine. No puedo seguir así, porque eso no es vida. Y la incertidumbre mata.
Así que en el día de mi cumpleaños, una vez más; te pido que te quedes a regar las flores de mi balcón. Para siempre. Si tú quieres. Y si no, por favor; márchate y cierra despacito. Pero también para siempre. Porque no quiero empezar mi 33 cumpleaños de la misma manera que empiezo mis 32. No quiero ser los brazos a los que volver cuándo otros brazos se han ido. No quiero seguir rompiéndome cada vez más.
Quiero merecerte la pena lo suficiente como para que te arriesgues a un all in conmigo. Y de verdad que ojalá estés en lo que espero sea mi mejor proyecto de vida. Te quiero, de la mejor manera que sé hacerlo.
Esta vez necesito de verdad que vayamos en una dirección o en otra, pero no podemos seguir en medio de esta incertidumbre porque al menos a mí, me está matando.
TE ADORO. Y ya sabes lo que eso significa. AMAR INCONDICIONALMENTE. Y lo hago, a pesar de todos mis errores.
Ojalá esta no sea la última carta que te escriba. Ojalá pueda seguir haciéndolo en cada uno de nuestros cumpleaños. Y ojalá tengamos muchos motivos de celebración.
Y ojalá esta fecha. Esta carta. Este momento, cambie todo y nos haga sonreír JUNTOS.
"Si se funden nuestros plomos, sacaremos nuestras velas"
Siempre tuya. #ByMSS

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